Funcionamiento
Para capturar un Pokémon un entrenador debe lanzarle la Pokéball directamente al Pokémon, pues al impactar rebotara y se abrirá, capturándolo con un rayo enérgico y almacenándolo en su interior. El punto central de la Pokéball parpadeará con una luz roja. Si el Pokémon es capturado esta se detendrá, pero si no se captura la Pokéball se abrirá dejando al Pokémon libre.
Aunque no es imprescindible luchar previamente contra los Pokémon salvajes, es altamente recomendable que dicho Pokémon se encuentre debilitado o con algún problema de estado, ya aumenta las probabilidades de atraparlo. Un Pokémon puede resistirse a ser atrapado. Por otra parte, en ocasiones deben ser atrapados inmediatamente cuando aparezcan ya que huyen (en particular algunos Pokémon como Abra, Latios, Latias, Suicune, Raikou, Entei, Mesprit y Cresselia) o en su defecto usar ataques que duerman (como hipnosis) o Mal de ojo para evitar que huyan y poder combatir.
Cuando eclosione un huevo Pokémon, el recién nacido estará directamente en su propia Pokéball normal, sin necesidad de tener una extra para ello. En los videojuegos se pierde la Pokéball al liberar a un Pokémon y después de cada lanzamiento. Sin embargo, no sucede así en el anime, ya que al liberar al Pokémon y tras tratar de capturarlo, el entrenador conserva todavía la Pokéball, pudiendo volver a usarla. En el primer episodio, se ve como el profesor Oak entrega a Ash 6 Pokéball, según se entiende fueron 5 para atrapar Pokémon y completar su equipo de 6 (pues ya tenia uno que era Pikachu) y la última para atrapar uno extra y mandárselo, pues no tiene necesidad de usar una más cada vez que un Pokémon escape.
